Hace tiempo que tuve la idea de que se pudieran establecer comparaciones entre dimensiones de las cosas de tal forma que uno pudiera hacerse una idea del tamaño de algo en relación a algo conocido y cercano. Esta idea es extensible a casi todo y sería posible comparar tiempos, pesos, velocidades y todo tipo de cosas medibles.
Iniciamos el trabajo comparando tamaños, y embarqué en este proyecto a José Antonio Balbás, un genio del 3D, y con ese sencillo planteamiento nos pusimos en marcha. Ideamos por qué cosas podríamos empezar y se nos ocurrieron enseguida 15 o 20, algunas de ellas más sencillas y otras más complicadas.
Dicho y hecho, yo me puse a sacar fotos y él a realizar en 3D lo que luego iba a ir integrado en ellas.
Comenzamos por algo sencillo como era fotografiar la Plaza de la Cibeles, y pensamos que si colocáramos en ella, así, en el medio del asfalto y rodeado de coches, un transbordador espacial, ¿qué sensación daría? ¿Se vería enorme o en realidad no era tan grande? La forma de saberlo era montarlo y la verdad es que quedó muy bien.
Después pensamos en otro clásico del espacio: un Sputnik. No fue difícil ver que si colocáramos este satélite en la calle se confundiría con el tamaño de una papelera, por lo que lo «colocamos» en una bañera. Fotografié el cuarto de baño de una obra que estaba haciendo y allí plantificamos el satélite, abierta la esfera para ver su interior, y tan integrado quedó que en su superficie se refleja la habitación, y en los azulejos se aprecia el propio artefacto.
Estábamos entusiasmados con los resultados y decidimos utilizar el exterior del chalet para colocar… ¿Qué poner allí que sirviera para darse una idea del tamaño del objeto? Se andaba por aquellos días con que si se sacaba a la superficie parte de los restos del Titanic y ni cortos ni perezosos nos pusimos a buscar información, tamaño, forma, material, y la investigación dio su fruto porque colocamos una de las magníficas hélices del grandioso barco apoyada en el jardín y reclinada sobre la fachada. He de reconocer que, aunque de hormigón armado, no sé si aguantaría semejante peso, pero así se quedó.
Volviendo de vacaciones por Asturias, a la que voy todos los años por ser mi tierra de adopción y porque son fantásticos sus paisajes y sus gentes, pude comprobar que las crestas de cada vez más montañas aparecen adornadas por esos parques eólicos que estoy seguro que D. Alonso Quijano no habría dudado en atacar como si fueran gigantes. Pero, ¿son realmente gigantes? Me acerqué a uno de ellos y pude comprobar su colosal tamaño. Ya casi todos estamos acostumbrados a verlos, y los hay por toda nuestra geografía. España los tiene y muy grandes, pero, ¿son los mayores que existen? Otra vez a investigar y a descubrir cuál era el mayor molino del mundo. Lo descubrimos en Alemania, y de su fabricante obtuvimos los datos para que pudiéramos construir ese fabuloso aerogenerador E-126 para colocarlo en un lugar adecuado. Dicho lugar fue A Coruña, junto a la famosa Torre de Hércules. El efecto fue curioso y sorprendente porque se pusieron frente a frente dos auténticos colosos ya que las dimensiones de este faro romano del siglo I eran también más grandes de lo que parecían. Decidimos añadir a la imagen alguna comparación más, y colocamos el molino en la avenida de la Marina, junto a las famosas casas de miradores blancos, y ahí sí que se ve el verdadero tamaño del monstruo porque sólo pudimos poner una parte del fuste inferior si queríamos que se viera algo. Rematamos la faena colocando la góndola, donde está el rotor del aparato, y una de sus aspas en la plaza de María Pita, y la llenamos casi sólo con eso.
Nos marcamos otro reto aún más espectacular. Si lo conseguíamos estaríamos en condiciones de hacer casi todo. En este caso se trataba de colocar el mayor barco mercante, un inmenso portacontenedores Emma Maersk, en las famosas Hoces del Duratón. En este caso sufrimos una gran sorpresa porque pensábamos que no cabría, y que se vería poco menos que saliendo por los bordes del barranco, pero esta joya de la naturaleza es verdaderamente espectacular y grandiosa. No es que se viera como una barquita, pero el gran buque no sólo cabía sino que parecía que era posible que se pudiera realmente botar en el Duratón para hacer un recorrido. Teníamos que encontrar un entorno adecuado para que se viera su tamaño y decidimos hacer una foto junto al Acueducto de Segovia. La foto debería tomarse desde una posición alta, para ver suficiente espacio en el que colocar el barco. Ahí sí que fue grandioso, y por mucho que subimos para hacer la foto casi a la altura superior del acueducto, la cubierta del barco casi llegaba a esa altura, y por supuesto la superaba la carga de los contenedores y no digamos la torre del barco.
Teníamos ya una buena muestra de nuestro trabajo y decidimos ver si lo podíamos publicar en algún sitio. Se lo enseñamos a José Pardina, el director de la revista Muy Interesante, y enseguida estuvo de acuerdo en que era un artículo gráfico adecuado para la revista. Nuestro empeño vio la luz en el número 353, o sea hace unos días que salió a los quioscos, y espero que el que quiera verlo le guste y me comente su parecer. Puedes bajar el artículo en formato PDF.
Pero no nos quedamos ahí, y hemos seguido haciendo más comparaciones. Por ejemplo, se habla del tamaño tan enorme que tiene una estrella como el Sol, y no digamos el tamaño de una supergigante roja como Antares, que hace minúsculo a nuestro astro rey. ¿Cómo dar un ejemplo gráfico que nos permitiera hacernos una idea de la enormidad de esta estrella? Pues se nos ocurrió que podríamos suponer que la estrella fuese del tamaño de la Tierra, y en ese caso, ¿qué diámetro tendría la Tierra? Vimos que era suficientemente pequeña como para colocarla en un paisaje y decidimos que un buen lugar era ponerla en el Embalse de Contreras, junto a la autopista y al nuevo AVE a Valencia, y ya puestos colocaríamos también a la Luna, para que se viera su tamaño relativo con la Tierra. Dicho y hecho, y el resultado son las fotos que aparecen abajo.
Para rematar la faena hemos hecho que un Airbus 380, el inmenso nuevo modelo de 2 pisos de la compañía europea, vuele rasante por una ciudad como Toledo. Se pueden ver los tejados de la ciudad reflejados en su fuselaje, y los gases de escape saliendo por las toberas de sus motores, aunque ya sabemos que esta situación sería impensable en la realidad. Si esto hubiera ocurrido, el Airbus seguiría volando, pero también las tejas y las estructuras de todos los edificios de esta preciosa ciudad manchega. Seguimos trabajando en otros campos, utilizando fotografías unidas, 3D y seguramente podrá ver la luz un nuevo artículo en torno al tema. Estaría bien poder editar un libro, que seguro que sería espectacular. No sé si alguien se animará a ello.
PD. No me resisto a añadir otra comparación que me ha resultado paradójica. He querido colocar Torre Espacio, una de las torres de la Castellana de Madrid, que tiene una altura de 230 metros, pensando que se perdería en el cielo y haría parecer una miniatura a la presa del Embalse de Grandas de Salime, en Asturias, sin embargo he podido comprobar que ésta, con sus 128 metros de altura, inaugurada en el año 1956, mantiene su magnífico porte. Si no la conocéis, sin lugar a dudas que será una buena excursión, y podréis contemplar esta maravilla de la ingeniería que, durante años, fue la mayor presa de España. De paso quizá también podáis contemplar los espectaculares e inmensos frescos de Joaquín Vaquero Palacios.